2024 es un momento perfecto para comprar un televisor: las tecnologías de imagen y sonido han avanzado una barbaridad y los precios se han estabilizado conforme esas tecnologías se han asentado.
Pero entre tanto tecnicismo (que si 8K, que si HDR, Dolby Atmos, IA…) es normal que muchos os perdáis, sobre todo si no estáis muy al día en cuanto a tecnología. En este artículo os explico, justamente, qué tener en cuenta al comprar un televisor a día de hoy.
De un vistazo: puntos clave a tener en cuenta
- Los tamaños de 55 y 65 pulgadas, con una resolución 4K, son los más habituales porque son los que mejor definición proporcionan a la distancia que los vemos en la mayoría de nuestros salones.
- Si quieres la mejor calidad de imagen has de ir a por un OLED; hoy en día hay televisores OLED bastante baratos, pero si se te siguen yendo de presupuesto, Mini-LED y QLED con Full Array son buenas alternativas más económicas.
- Dolby Vision es el formato HDR más usado en plataformas de streaming, pero si vas a ver contenidos por otros medios querrás también tener HDR10 y HLG.
- Si vas a jugar con consolas de última generación has de buscar un televisor con una tasa de refresco variable y de 120Hz o 144Hz, pero incluso para cine y series es una buena idea tener una tasa de refresco variable que pueda adaptarse a los 24 o 25 fps habituales en el cine.
- Si tienes pensado conectar otros dispositivos, o crees que vas a hacerlo en un futuro, compra un televisor con puertos HDMI 2.1 y HDMI eARC.
Resolución y tamaño: la primera y elemental decisión
A ver, cuando hablamos de resoluciones en las teles, lo primero que se nos viene a la mente son las famosas “K”: 4K, 8K… ¿pero cuántas “K” son realmente necesarias? En 2024, la mayoría de las teles que encuentras tienen resoluciones 4K. Esto lo que significa, básicamente, es que tienes una gran calidad de imagen con un montón de píxeles en la pantalla, haciendo que la densidad de píxeles sea enorme. Esto se traduce en unos detalles increíbles y una definición enorme.
Pero, ¿de verdad necesitas 8K? La cosa es que, para muchos de nosotros, 4K es más que suficiente, especialmente si tienes un espacio más bien pequeño. Lo máximo que vas a encontrar en plataformas de streaming es 4K, y la cantidad de contenido en 8K es aún muy, muy limitada. Así que, si no planeas sentarte pegado a la pantalla o tienes un cine en casa de otro nivel, probablemente no justifique pagar más por un televisor 8K.
¿Y qué pasa con las teles Full HD? Bueno, siguen ahí, y son fantásticas si buscas algo más económico. Quizá si solo quieres una tele para la cocina o la habitación de los niños, una Full HD podría ser la elección lógica. No hace mucho tiempo, las Full HD eran el tope de gama, pero claro, para un salón principal, te recomendaría seguir con una 4K mínimo. Así que, en resumen, para la mayoría de situaciones y bolsillos, 4K es la respuesta.
El tamaño de la pantalla guarda también mucha relación con el tema de la resolución. El tamaño de la habitación es clave, y en este sentido una buena regla es mantener una distancia de visualización adecuada, más o menos 1.5 veces el tamaño de la pantalla en pulgadas.
Los tamaños de 55 y 65 pulgadas son los más populares a día de hoy por un buen motivo: ofrecen una visualización bien definida por su fantástica relación entre tamaño y resolución 4K. Generalmente la distancia entre el televisor y nuestros sofás es de 2 o 3 metros, y este tamaño, con una resolución 4K, es ideal.
Sin embargo, ten en cuenta que un televisor más pequeño puede verse igual de impresionante que uno grande si tiene buena calidad de imagen. Si solo vas a ver la tele a una distancia cercana, un buen 4K en 43 pulgadas puede ser perfecto.
Tecnología de panel: LED, OLED, QLED y Mini-LED
Sin duda, la segunda decisión de compra es relativa a la tecnología del panel y su retroiluminación.
Primero vamos con el LED. Es el de toda la vida, el que seguro que más te suena. Son fiables, económicos y hacen bien su trabajo si no eres nada exigente con la calidad de imagen. En el ejemplo anterior de un televisor para la cocina, un televisor LED baratito es más que suficiente. Pero para otro tipo de usos, o como televisor principal en el salón, el LED se queda muy corto de calidad, a no ser que, como digo, seas 0 exigente.
Probablemente hayas leído y escuchado esto ya más de una vez: la mejor calidad de imagen la da OLED. En un OLED los negros son puros, auténticos, porque la ventaja del OLED es precisamente la de poder apagar cada píxel por separado. Así que los píxeles negros se apagan del todo, de ahí que el negro sea auténtico, el contraste infinito, y la calidad de imagen sobresaliente, porque de ese contraste también se benefician el resto de colores.
Un escalón por debajo están los Mini-LED. Como su nombre sugiere, los en estos paneles los LEDs son más pequeñitos, y de ahí que se consigan contrastes más profundos sin llegar al de un OLED. Es una buena solución intermedia que te permite gozar de una calidad de imagen fantástica, pero más económica que la OLED.
El QLED, tan de moda estos años atrás, está en ligero retroceso, sobre todo desde que Samsung se ha centrado en la fabricación de OLEDs. Aún así, siguen habiendo muchos en el mercado, y en la gama baja los QLED suelen ofrecer la mejor relación calidad-precio. Recordarte que QLED es, en esencia, un LED al que se le ha puesto delante una capa de puntos cuánticos que filtran la luz y la convierten en los colores rojo, verde y azul; su calidad es superior a los LED tradicionales, pero quedan lejos de los OLED y los Mini-LED. Si vas a comprar un QLED en 2024, mira que sea Full Array, el mejor tipo de retroiluminación para este tipo de paneles.
HDR: ¿Es realmente imprescindible? ¿Qué estándar buscar?
En 2024 el HDR es ya habitual en el 99% de televisores, y sin embargo no son pocas las personas que siguen sin saber muy bien de qué va esto del HDR. En pocas palabras, el HDR (High Dynamic Range) aumenta el rango dinámico de la imagen, aumentando el brillo y reduciendo los negros, aumentando el contraste y haciendo la imagen más realista, más cercana a como la experimentamos con nuestros ojos.
Pero no todos los HDR son iguales. Puede que te encuentres con términos como HDR10, Dolby Vision, HLG y más. HDR10 es, por así decirlo, la oveja común en el rebaño; la mayoría de los televisores lo tienen y es el formato más usado. Además hay HDR10+, una versión vitaminada que ajusta dinámicamente cuadro por cuadro y a tiempo real. Es mejor que el HDR10 normal, pero es un formato impulsado por Samsung y Amazon que es mucho menos común encontrar en el resto de fabricantes.
Luego tenemos Dolby Vision, que es como el hermano mayor y más sofisticado del HDR10. Suele aparecer en televisores de gama alta y requiere que el contenido esté específicamente masterizado para él. Son cada vez más los televisores que lo incorporan, así como también servicios de vídeo en streaming, y no son pocos quienes lo prefieren al HDR10. Por último está el HLG, que es más un estándar de transmisión en vivo; básicamente es el HDR para emisiones televisivas.
Con todo esto dicho, está claro que todo depende de lo que más consumas: si lo que ves es principalmente a través de plataformas de streaming (Netflix, HBO, Disney +) prioriza Dolby Vision; si no HDR10 también te servirá en muchas plataformas y BluRays, y si además dispone también de HDR10+, pues mejor que mejor.
Frecuencia de actualización: no solo para gamers
La frecuencia de actualización es un tecnicismo asociado con frecuencia a los gamers, ya que son quienes más se preocupan por esta especificación. Esencialmente, esto se refiere a cuántas veces por segundo la imagen en el televisor se actualiza, siendo medidas en hercios (Hz). Cuanto mayor sea este número, más suave se verá la imagen, especialmente en escenas de acción rápida o videojuegos.
En 2024, los televisores suelen tener frecuencias que van desde los 60 Hz hasta los 144 Hz. Los gamers apuntan a un mínimo de 120 Hz, frecuencia que les permite jugar con total fluidez a los videojuegos más actuales. Además, las consolas de última generación emplean esta frecuencia de forma estándar. Los jugadores más empedernidos apuntan aún más alto, a los 144 Hz o al VRR (Variable Refresh Rate) tecnología esta última que permite al televisor adaptarse a la tasa de refresco del dispositivo externo que se haya conectado, ya sea una consola, un reproductor o un PC.
Ahora bien, ¿solo los gamers sacan provecho de una frecuencia de actualización alta? Lo cierto es que para deportes también se disfruta de una mayor fluidez en la imagen, así como en contenidos televisivos. Para cine hay más controversia, ya que generalmente las películas y series que mayoritariamente vemos se ruedan a una velocidad de 24 cuadros por segundo (equivalentes a 24 Hz) pero una mayor tasa de refresco puede incluso ser beneficiosa en este caso. Te explico más sobre este asunto en este otro artículo.
¿Qué sistema operativo de Smart TV es el mejor?
Los televisores modernos no son solo televisores, son Smart TV y, como tales, integran un sistema operativo que los hace más o menos completos, más o menos inteligentes. Qué sistema operativo lleven importa en la medida de que tengan las apps y funciones que cubran tus usos y expectativas.
Lo cierto es que la mayoría de los televisores vienen con las apps más usadas, como Netflix o YouTube, pero hay otras apps, como HBO o Disney+, que pueden no estar en el sistema operativo de algunos televisores. Al mismo tiempo, no todos los Smart TV son compatibles con asistentes de voz como Alexa o Google, o con la posibilidad de conectar todos tus dispositivos IoT.
No podemos olvidarnos de los gamers. Algunos televisores vienen con características especiales para juegos, como la capacidad de conectarse a servicios de streaming de juegos. La conexión con el móvil también suele ser un reclamo en los Smart TV, y en este sentido puede ser útil fijarse en si se puede compartir la pantalla fácilmente o usar tu smartphone como mando a distancia del televisor.
Los mejores sistemas operativos de Smart TV son los de LG y Samsung: WebOS y Tizen, respectivamente. Android TV y, sobre todo, Google TV, son también muy completos y mayoritarios en el resto de marcas, con la ventaja de contar con todas las apps de streaming si bien puede que haya funciones muy concretas que eches en falta.
El sistema de Amazon, Fire TV, cuenta con menos apps compatibles y su interfaz es menos fluida. Lo mismo puede decirse del sistema de Hisense, VIDAA. Ambos son los sistemas menos atractivos en el mundo del Smart TV.
HDMI: Importa no solo el número, también su interfaz
Si eres de los que compran un televisor, no conectan ningún dispositivo y hacen uso únicamente de los contenidos y apps que vienen en él, te da bastante igual qué conexiones lleve, pero si planeas conectar otros dispositivos al televisor vale la pena atender al número de puertos HDMI que lleva y el tipo de interfaz que usan.
Si vas a conectar al televisor una barra de sonido o un Home Cinema lo primero que has de hacer es asegurarte que tenga puerto HDMI eARC, la versión más moderna del protocolo ARC y que permite al televisor enviar audio Dolby Atmos, DTS:X y en alta resolución a cualquier dispositivo de audio compatible.
Si lo que vas a conectar al televisor es una consola de última generación, tienes que tener puertos HDMI 2.1 de alto ancho de banda, capaces de admitir señal 4K a 120 Hz. Es la única manera de sincronizar la tasa de refresco de la consola con la del televisor, así como de gozar de las bondades del VRR. Huelga decir que si un televisor tiene este tipo de HDMI, también tendrá una tasa de refresco de esas características.
Para BluRays basta con que el HDMI sea 2.0 para poder hacer passthrough a un máximo de 4K y 60 Hz. Lo normal es que si compras un televisor en 2024 el estándar mínimo que empleen sus HDMI sea el 2.0, aunque aún puede haber televisores de gama baja que usen estandares ya algo antiguos, como el 1.4.
Ojo también con las conexiones de audio. Si tu barra de sonido es una de esas sencillitas y económicas puede que solo tenga entrada de audio digital, así que el televisor debe tener salida de audio digital óptico. Otra salida que puede interesarte en caso de que planees conectar un auricular inalámbrico al televisor es la salida de audio analógico de 3,5 mm, o directamente el Bluetooth, aunque si lo que compras es un Smart TV la probabilidad de que tenga Bluetooth es muy alta. Lo mismo puede decirse del WiFi.
Sonido: ¿Puede el televisor ofrecer un buen sonido o renuncio del todo a ello?
Ya sabemos de sobras que los televisores modernos son tan planos que no tienen espacio para albergar altavoces potentes y de calidad, así que el sonido, salvo unas honrosas excepciones, es bastante malo en la mayoría de televisores.
Sin duda, la solución más elegante, práctica y efectiva de mejorar el sonido de tu televisor es añadir una barra de sonido o un Home Cinema. Hay muy buenas barras de sonido que, por no mucho dinero, ofrecen una calidad de sonido fantástica y con un efecto envolvente que hace que disfrutes de películas, series o juegos a un nivel totalmente distinto.
A la hora de buscar una barra de sonido para tu televisor recuerda lo que comentaba en el apartado anterior: HDMI eARC es el estándar mínimo necesario para enviar Dolby Atmos y/o DTS:X del televisor a la barra, aunque si la barra no es compatible con ninguno de esos dos formatos te basta y te sobra con HDMI ARC.