Sonos Playbase: Análisis, características, precios y alternativas

Después del éxito de la Sonos Playbar, una barra de sonido que salió en 2013 y que desde entonces ha sido una de las más vendidas, Sonos ha decidido renovar su oferta de altavoces para TV con la Sonos Playbase.

La Playbase sigue fundamentalmente la filosofía de la Playbar en cuanto a una gran calidad de sonido con un producto sencillo en su configuración y su uso, solo que esta vez en un formato de base de sonido. La idea de Sonos es ofrecer un producto similar en prestaciones a la Playbar, pero que va dirigido a los que prefieren o se ven obligados a poner una base en vez de una barra de sonido por problemas de espacio.

Tras estar dos semanas trasteando con ella, hemos podido confirmar que las prestaciones sonoras de la Sonos Playbase mejoran a las de la Playbar, sobre todo por la incorporación de un subwoofer interno que proporciona unos bajos de mayor extensión y profundidad. De hecho, los bajos de la Playbase son tan buenos de por sí que no hace falta añadirle subwoofer externo, con lo que la Playbase se erige en una opción espectacular para usarla como centro multimedia en aquellos salones minimalistas en los que no queramos muchos trastos por medio.

Sonos Playbase: Especificaciones

  • Formato: Base de sonido
  • Canales: 3.1
  • Drivers: seis medios, tres tweeters y subwoofer interno
  • Tipo Subwoofer: Bass Reflex
  • Amplificación: Clase D
  • Decodificación: Dolby
  • Conexiones de cable: Audio digital óptico
  • Conexiones inalámbricas: WiFi
  • Mando a distancia: No
  • Tamaño: 72 x 38 x 5,8 cm
  • Peso: 9 Kg
  • Colores disponibles: Blanco y negro

Diseño

La Sonos Playbase cambia de forma drástica la apariencia de su antecesora y adopta la forma de una base de sonido, a la vez que sustituye el aspecto adusto y serio de la Playbar por uno más atractivo y moderno, copiado directamente del Sonos Play 5.

Las líneas de diseño minimalista de la Playbase encajan a la perfección con su tamaño. Tiene unas medidas de 58 mm de alto, 720 mm de ancho y 380 mm de profundidad, y pesa 8,6 Kg. Como ves, no es un producto compacto ni ligero, pues está concebido para servir como base para el televisor. En concreto, la Sonos Playbase soporta televisores de hasta 35 Kg.

Sonos Playbase blanca

Por esto mismo es una base robusta y resistente como pocas. La calidad de fabricación es extrema, como suele ser habitual en Sonos, y los materiales así como sus acabados son de primera clase. La mayor parte de la Playbase es de policarbonato y tiene una superficie lisa, a excepción de la cara frontal que protege los altavoces con una malla de grafito perforada con miles de pequeños agujeros.

Justo en el centro de la base está el logo de Sonos, situado en una pequeña banda negra que termina en la parte superior en un diminuto indicador LED. Aquí se encuentran también tres botones táctiles capacitivos: el de reproducción y pausa y a ambos lados de este botón hay otros dos botones táctiles más, los de volumen.

Sonos Playbase apariencia

En la parte izquierda de la base hay otro botón, pero este lo usaremos poco: se trata de un botón de comunicación que solo se nos pedirá pulsarlo al configurar por primera la base, o si hubiera que reconfigurarla de nuevo.

En la parte trasera hay una pequeña abertura donde se ubican los (pocos) puertos de entrada con los que viene equipada la Playbase, y de los cuales hablaremos en el siguiente apartado.

Conexiones

Uno de los pocos aspectos en los que Sonos suele ser criticada es en las pocas posibilidades de conectividad que ofrece en sus altavoces. Sonos lo justifica en la afirmación que busca la máxima simplicidad en sus dispositivos, y esto es lo que ha buscado también en la Sonos Playbase.

Al igual que en la Playbar, la única conexión posible entre la base y el televisor es a través de cable de audio óptico digital (Sonos incluye uno en el paquete). No hay puertos HDMI, ni coaxiales, ni Bluetooth. Lo que sí que hay es, al igual que todos los altavoces de la compañía, conexión WiFi, y un puerto Ethernet por si esta fallase.

Sonos Playbase conexiones

Así pues, tenemos dos formas de enviar sonido a la Playbase:

  • Mediante el cable de fibra óptica para audio digital, reproduciremos toda fuente de sonido que esté conectada al televisor
  • A través de WiFi, y usando la aplicación de Sonos, podremos reproducir en la Playbase música y radios en streaming

Controles

Ya hemos visto que los controles en la propia base se limitan a esos tres botones táctiles. Con ellos podemos pausar, reanudar la reproducción, aumentar y reducir volumen y avanzar o retroceder de pista, deslizando el dedo hacia un lado o el otro.

Sonos pretende que lo hagas todo a través de su Sonos Controller, disponible para iOS, Android, MAC y Windows. En esta aplicación puedes controlar absolutamente todos los aspectos de la Playbase, incluyendo los modos de escucha nocturna, mejora de diálogo o un ecualizador para graves y agudos.

Hay una tercera forma de controlar la Playbase, y es con el propio mando a distancia de la tele. Bien, al menos podrás controlar el volumen y poner el mute, y es que la Playbase tiene un repetidor de infrarrojos con los códigos de la inmensa mayoría de televisores. La configuración del mando se realiza al instalar la base por primera vez.

Decodificación y compatibilidad de archivos

La Sonos Playbase arrastra el mismo defecto que la Playbar, y que a su vez es su principal inconveniente: la incompatibilidad con DTS, aunque obviamente sí acepta Dolby.

A la pregunta de por qué Sonos sigue sin hacer compatibles sus productos con DTS, los responsables de Sonos responden que tanto la Playbar como la Playbase van dirigidos a un público no especializado en Home Theaters, y que la tendencia de consumo audiovisual es la de servicios de streaming como Netflix, HBO o Amazon Prime Video (en nuestro país incluimos también Yomvi, Movistar o Filmin), y todas estas plataformas emiten sus contenidos en Dolby Digital, no en DTS.

Por lo tanto, si eres coleccionista de Blu-Rays, puede que la Playbase no sea para ti. Aún y con todo, podrías usarla si tu TV es capaz de decodificar DTS y sacar el audio, por ejemplo, en formato PCM, característica que la mayoría de televisores modernos tienen. Otra posibilidad es adquirir un reproductor de Blu-Ray que pueda convertir DTS a Dolby “al vuelo”, como el Samsung BD-H6500. Consolas como la Xbox One o la PS4 también tienen esta función.

Por otro lado, Sonos Playbase reproduce prácticamente cualquier archivo de audio de los más utilizados, como AAC, AAC+, AIFF, FLAC, MP3, OGG y WMA, aunque no es compatible con audio de alta resolución.

Canales de audio y transductores

La Playbase es un pequeño prodigio en cuanto a la disposición de sus altavoces internos. Dentro de la Playbase, hay diez altavoces: seis de frecuencias medias, tres de agudos y un subwoofer encargado de las frecuencias bajas, todos ellos con amplificación digital de clase D. La configuración de canales queda en un equivalente de 3.1, algo realmente destacable para una única base.

Dada la gran cantidad de altavoces internos dentro de la base, estos han sido dispuestos a lo largo de una línea que aprovecha la curvatura de la base para proyectar el sonido en un espacio sonoro un poco más amplio. También se ha dejado espacio para expulsar la gran cantidad de aire generada por el woofer.

En este vídeo se explica un poco por encima el proceso de diseño de la Playbase, y es especialmente interesante la forma en cómo los ingenieros de Sonos se las apañaron para montar, en un espacio muy pequeño, un conducto en forma de S para dejar escapar el aire generado por el altavoz de graves.

Sonos no facilita datos técnicos sobre sus altavoces, por lo que no se sabe a ciencia cierta su potencia. Aún así, es similar a la de la Playbar, quizás un poco más, y debe situarse en torno a los 100W, dato que puede parecer pobre pero no lo es, puesto que tiene una sensibilidad muy alta, y por lo tanto ofrece mayor presión sonora que otros altavoces de gama media-baja con potencias de 200W o 300W.

Calidad de sonido

La calidad de sonido de la Playbar ya era fantástica, pero en la Sonos Playbase el sonido es aún mejor. Sabiendo de antemano el buen hacer de Sonos, y que dentro de la base hay 10 altavoces y cada uno de ellos con amplificadores de clase D, uno se puede imaginar que sonará de escándalo, y en efecto, así es.

La Playbase ofrece un sonido espectacular, de una claridad alucinante y un balance tonal casi perfecto, en el que todas las frecuencias suenan como deben, sin sibilancias en los agudos, unos medios con total nitidez y unos bajos poderosos y extensos. El rango dinámico es también sobresaliente. En su conjunto, la Playbase nos regala un sonido cercano a la alta fidelidad.

Lo mejor de la Playbase, y que constituye la mayor diferencia respecto a la Playbar, es la inclusión del subwoofer interno. Su presencia marca una diferencia muy grande, pues mientras que en la Playbar se echaban de menos más graves en determinadas escenas, en la Playbase no se echan en falta en ningún momento.

Sonos Playbase calidad de sonido

Según nuestros tests, la Playbase baja hasta unos 35 Hz en lo más bajo de la escala de frecuencia, un dato que ni siquiera algunos subwoofers externos alcanzan, por lo que el resultado es sensacional. En las escenas de acción los bajos se oyen pero también se sienten, pues tienen la potencia y resonancia suficiente para que en las explosiones o ruidos de motor las ventanas y los muebles del salón tiemblen. No es una intensidad de graves tan fuerte como si tuviéramos un subwoofer externo de gama alta, pero apuesto a que serán unos bajos más que sobrados para el 95% de la gente.

El efecto envolvente de la Sonos Playbase es también muy apreciable. En este punto es un pelín inferior al conseguido en la Playbar, seguramente porque esta última era ligeramente más ancha y los altavoces estaban colocados hacia arriba y hacia los lados para proyectar el sonido en un campo más ancho, mientras que en la Playbase están en una configuración horizontal. El resultado es que la escena sonora no es tan amplia en la Playbase como lo era en la Playbar.

Aún y con esto, el sonido de la Playbase tiene amplitud, y la separación de canales es sorprendente para tratarse de una base de sonido, donde generalmente hay problemas en este sentido. El sonido tiene una gran direccionalidad, pudiéndose identificar con los ojos cerrados todos los objetos que se desplazan de un lado a otro, e incluso hay efecto de escala vertical, que se nota sobre todo en escenas en las que hay aviones o helicópteros, que transmiten cierta sensación acústica de estar volando por encima nuestro.

El sonido de la Playbase es simplemente fantástico: es dinámico, potente, de una claridad meridiana en todas las frecuencias, y la extensión de sus graves hace innecesaria la adquisición de un subwoofer externo. En términos absolutos, es una calidad de sonido cercana a la del Play 5, que hasta la fecha es el mejor altavoz inalámbrico del mercado, con lo que media un abismo de diferencia entre la Playbase y la mayoría de barras de sonido del mercado.

La potencia de la barra, aunque no medida con exactitud, es tremenda incluso para salones grandes. La Playbase puede ponerse a un volumen extremadamente alto (del que molesta a los oídos) y en ningún momento distorsiona. Aquí es donde se nota que estamos ante un producto de gama alta, y los amplificadores clase D de los que goza la Playbase marcan un abismo de diferencia respecto a la amplificación de las barras de sonido más baratas. La alta sensibilidad y la escasa distorsión facilitan poder llevar la Playbase a volúmenes muy altos y en todo momento seguir sonando con una claridad pasmosa.

Como resultado de todo ello, la reproducción musical es también impresionante. En términos de sonido, está muy cerca de la calidad ofrecida por el Sonos Play 5, que hasta la fecha sigue siendo el mejor altavoz WiFi que he escuchado. He tenido ocasión de probar ambos a la vez, y comparativamente el Play 5 gana en extensión y definición de agudos, y por sorprendente que parezca, sus bajos tienen incluso mayor profundidad, pero a cambio, la Playbase gana en amplitud de escena sonora y separación de canales. En términos absolutos, el Play 5 es ligeramente superior para música, pero que la Playbase se acerque a la calidad ofrecida por uno de los mejores altavoces inalámbricos que se han hecho nunca, ya dice mucho de su categoría.

En videojuegos, en retransmisiones deportivas, en programas de televisión… Cualquier contenido suena de manera soberbia en la Playbase, hasta el punto que resulta difícil acostumbrarse a otras barras de sonido después de haber probado la Playbase. Es, en todos los sentidos, un reproductor multimedia fantástico, que proporciona un sonido dramático y enérgico para cine y series, y cercano a la alta fidelidad para música.

Ajustes y modos de sonido

No hay muchos modos de sonido disponibles en la Sonos Playbase, aunque los que hay son muy útiles. Contrariamente a lo que suele pasar en las barras de sonido de gama baja, que intentan compensar sus mediocres sonidos con modos de sonido supuestamente sofisticados, la Playbase lo fía todo a su magnífico sonido de serie y a un par de ajustes para mejorar la escucha en determinadas situaciones.

Son exactamente los mismos modos de los que ya gozaba la Playbar. Se trata del modo de escucha nocturna, que equilibra los sonidos más bajos y los más altos para que no haya grandes diferencias de volumen entre escenas o cuando en televisión se pasa del programa a los anuncios.

El segundo modo, también muy eficiente, es el de mejora de diálogos. Estos ya suenan de por sí estupendamente bien, pero con este modo se refuerzan y se hacen más audibles, destacándolos y separándolos del resto de sonidos de la escena.

Aparte de estos DSP, hay un par de ajustes más que pueden hacerse en la Playbase, todos ellos a través de la app de Sonos. Uno, es un ecualizador muy básico en el que pueden regularse los graves y los agudos. El otro, es la posibilidad de añadir retardo a la señal de audio, en el caso que haya desajustes de sincronización entre imagen y sonido.

Posibilidades de ampliación

Al igual que la Playbar, la Playbase puede ser configurada en un equipo 5.1 completo. A la Playbase, se le puede añadir el Sonos SUB, si se quieren unos bajos aún más profundos, y dos altavoces Play 1, Play 3 o Play 5 para utilizarlos como altavoces surround traseros. La integración se realiza con la app de Sonos, y se configuran automáticamente sin complicación. El resultado, como puedes imaginar, es el de un sonido de Home Cinema asombroso y sin líos de cables, aunque a un coste ciertamente elevado.

Sonos Playbase negra

Por otra parte, la Playbase forma parte del ecosistema de Sonos, así que en esencia no es más que otro altavoz multiroom de la compañía. La Playbase puede utilizarse como altavoz independiente, o emparejarlo a cualquier otro altavoz Sonos que haya en casa. Lo mejor de Sonos es poder agrupar altavoces para que reproduzcan el mismo contenido, que es la forma más fácil que hay de llevar la música a todos los rincones de casa. En la Playbase, además, hay la posibilidad de llevar el sonido de la tele al resto de altavoces del hogar, cosa que no puede hacerse con ninguna otra barra de sonido del mercado.

Sonos Playbase: Conclusiones

Aunque es verdad que todos esperábamos una nueva barra de sonido por parte de Sonos que corrigiera los defectos de la Playbar, como la incompatibilidad con DTS y la falta de conectividad HDMI, no es menos cierto que, en efecto, la Playbase es una mejora sustancial el cuanto a sonido.

Tampoco es una diferencia abismal, pero la presencia de un subwoofer interno en la Playbase hace que pueda desplegar unos graves intensos, profundos, extensos y con una pegada tremenda, capaces por sí solos de hacer retumbar las paredes y los muebles. Mientras que en la Playbar, para gozar de unos bajos profundos era necesario adquirir el Sonos SUB, en la Playbase no es necesaria esta adquisición, por lo que el valor mismo de la Playbase y su relación calidad-precio aumenta con respecto a la Playbar.

El sonido es fantástico se mire por donde se mire. Su escena sonora es menos amplia que en la Playbar, pero como ya hemos dicho, tiene más y mejores bajos, y se acerca mucho a la calidad HiFi del Sonos Play 5, que es un altavoz inalámbrico asombroso. Tanto en películas como series, videojuegos, retransmisiones deportivas y música, la Playbase suena con claridad, potencia, y un sonido equilibrado y dinámico.

Mientras que los entusiastas del cine en casa echarán en falta el soporte para DTS y más opciones de conectividad, el resto de los mortales deben sopesar cuánto de bien quieren que suenen las películas, los programas y la música en su salón. Lo cierto es que, por el mismo precio, hay muy pocas opciones que suenen tan bien como la Playbase. Quizás, lo único que podamos recomendar como alternativa es la Samsung HW-MS650, cuyo sonido es alucinante y es bastante más barata. También merece echarle un ojo a la Yamaha YSP-1600, con un sonido menos impactante para música, pero con un efecto envolvente mucho más conseguido.